Según la RAE, si todas las personas utilizáramos las guías de lenguaje no sexista no podríamos hablar. Este titular me pareció fuerte. Dos personas están hablando el mismo idioma y ¿no podrían comunicarse?
Con este titular me vienen muchas y muchas preguntas a la
mente: ¿será verdad lo que afirma la RAE?, ¿estaría mejor no visibilizar a las
mujeres en nuestras comunicaciones? Y acaso, lo que no se dice ni se ve, ¿se
visibiliza? ¿Cuando estamos hablando de médicos, estamos refiriéndonos a
hombres y mujeres? A mi me entren dudas, la verdad.
Generalmente, el uso que hacemos del leguaje a veces es
androcentrista y sexista y es cuando volvemos a caer en discriminaciones que
supone están erradicadas. Estereotipos y roles referidos a un sexo concreto que
se vuelven a repetir en la juventud, cuando creemos que todo eso está más que superado.
Teniendo en cuenta que hoy es 8 de marzo, día de la mujer
trabajadora, me centraré en ello, en la vida laboral de las mujeres. Yo tengo
la suerte de tener una directora que más allá de mi sexo ve mis competencias y
mi capacidad para el trabajo que se me requiere. Ella, importándole su trabajo,
quiere que las personas que trabajen con ella sean las mejores, qué menos.
Estoy segura, que cualquier responsable de una organización querrá las mejores personas
con las mejores capacidades para su trabajo. Sería una pena limitarse al sexo
que tiene esa persona, ¿no? Y un poco arriesgado en esta época de crisis,
supongo.
La experiencia de Enbor Kontsultoreak nos dice que trabajar
por la igualdad es trabajar por las personas, para que su satisfacción aumente
y rindan mejor, que el talento se quede en la organización y poder contar con
los y las mejores profesionales.
En mi humilde entender, fortalecer estas políticas
significa fortalecer el negocio.
Pero… ¿si no lo plasmamos en nuestras comunicaciones se
entenderá y se visualizara?
Izaro Bideguren
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