En mi país es un grave problema que a esta altura del Siglo XXI ni el Estado, ni la familia, ni las escuelas, ni la sociedad en general inculquen con insistencia esta conciencia medioambiental pero realmente parece que no es un tema que nos preocupe a los cubanos de momento… habrá cosas más importantes que resolver.
Bueno también quiero decir que en mi islita se toman decisiones, que incluso desde nuestra “ignorancia sostenible” son medidas de ahorro, por ejemplo que en una cuesta descendente pongas el coche en punto muerto para bajarla y así ahorrar gasolina… ciertamente es un delito pero no estás contaminando el ambiente tampoco ¿no?, o que en algunas casas haya lámparas de contacto con diferentes intensidades de luz.
Claro que en Cuba también existen decisiones gubernamentales enfocadas a la sostenibilidad como el PAEC (Programa de Ahorro Energético de Cuba), el desarrollo de las energías renovables y algunas más, pero aún desgraciadamente falta esa conciencia medioambiental de cada individuo, ese compromiso de cada persona con el entorno.
Yo he aprendido aquí en Europa lo que significa esa palabra, he adquirido cierta “cultura sostenible”, por decirlo de alguna forma. Todavía puedo dudar si echar los envases en el contenedor naranja o en el amarillo, no saber si el cristal y el vidrio se echan en el mismo, o qué marchas tendré que usar para ahorrar conduciendo… pero bueno, estoy contenta con lo que voy aprendiendo poco a poco sobre la sostenibilidad y el consumo adecuado de los recursos y eso me satisface.
Reflexiones de una cubana en Euskadi.
Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio).
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